P O R L A P U E R T A D E A T R Á S

PIN

En ocasiones mi madre solía decir que muchos limpian la casa “solo por donde pasa la novia”. Y el refranero sonorense, algo parecido “limpia solo donde ve la suegra” del resto, mejor ni preguntes.

Este es hoy el drama de muchas ciudades. Quizás lo ha sido siempre, invertir en lo que se da por llamar “el centro histórico” de una ciudad, donde se vive la vida turística, la imagen fotográfica o el núcleo económico de una comunidad. ¿El resto? Como dicen los gringos “Don’t ask, don’t tell”. No preguntes, ni visites… ahí muere.

Pero las ciudades, grandes y pequeñas, han sido acosadas por la inercia de las periferias llegando a modelar un nuevo concepto de disfrute y vecindad que “ingenuamente” dicen los sabios “a todos nos ha agarrado por sorpresa”. El hecho es que como huestes del Rey Atila, avanzan de las periferias hacia el centro en tsunami humano sin formas, sin edad que de dia y de noche logran alterar el orden y el desarrollo público como denuncia al desorden y subdesarrollo de sus territorios.

Stéphane Gouaud, comisario responsable de la lucha contra las bandas adolescentes de parís, declaro al periódico Le Parisién que: “Se trata de una violencia de nuevo cuño que no ha dejado de crecer” proveniente de las periferias de la capital francesas. Asentamientos e invasiones que han ido incrementándose a lo largo de los últimos años, formas hacinadas de vivir, abandono de niños, padres buscar el sustento, ausencia escolar, sobrevivencia entre fuertes y débiles, ausencia de ley… dormir despiertos, despertar sin dormir, moverse dormidos sin saber dónde poner el ojo, donde llega la bala.

En París las Bandas de “niñas adolescentes” han cobrado resonancia en los últimos meses, -una novedad en el mercado de la delincuencia- añadiéndole a la brutalidad de delictiva la sutileza femenina cono arma de gran efectividad en sus atracos. Niñas de 13 a 18 años, de ascendencia migrante, la mayoría, que se extiende de manera inquietante, desde las periferias hasta el centro de París. Según encuestas Estas niñas, comienzan a ser los infractores más temidos

Bilbao, la capital etarra de España amaneció sin aliento el jueves 18 de enero, actual. Algo despiadado había ocurrido. Nada habitual. Tres niños, dos de 14 años y uno de 16 asesinaron sin piedad a un matrimonio anciano, Lucia y Rafael de 87 años, solo por el mero hecho del robo y el placer sanguinario de sentirse fuertes. Niños por fuera, despiadados por dentro… ¿son ellos, o no son ellos, el asesino que está dentro de ello? Uno de estos menores vive hacinado con su familia en una serie de bloques de cemento en la periferia de la capital donde ni los pájaros quieren volar ni los grillos hacer nidos, tienen miedo. El otro menor de 14 años cuenta con la mayoría de su familia entre rejas, y el de 16 años es parte de un barrio periférico obrero, envejecido por el abandono de las instituciones donde payos y gitanos, locales y migrantes sobreviven a como da lugar ignorando ¿qué es un hogar, que es la escuela, que es un parque, que es la higiene, que es la iglesia, que es la vecindad… ninguno, ninguno de ellos sabe responder a estas preguntas, solo son capaces de decir que para ellos el centro de la ciudad, llámese Paris, Bilbao, Hermosillo, es una mina de oro porque todo se embona en el centro de desarrollo de una capital “así que están contentos -responden- mientras la suerte nos acompañe tenemos trabajo para mucho rato …” Escapan de todas las rejas que les ponen y demuestran con violencia a su corta edad el estatus y el escalafón que les roba la sociedad por no darles los derecho que tienen solo por haber nacido. Es duro decirlo, pero desarrollan comportamientos fríos y despiadados desconocidos en niños y niñas de esa edad”.

Cuando el 30 de marzo del año pasado 2017 se presentó en Obregón -Sonora- Adolfo García Morales, Secretario de Seguridad Publica, para presentar un informe sobre el estado de la ciudad, señalo diez colonias con mayor incidencia delictiva en la capital del Mayo, donde, para colmo, enfatizaba que de esa decena de barrios procedía el 78 por ciento de la fuente del delito, y, además realizo una minuciosa biografía de los mismos que, ¡baje Dios y lo vea…! “En todas ellas -dijo- hay alta incidencia de armas de fuego en los hogares, violencia sexual, maltrato de menores, pandillerismo, depresión, ansiedad, falta de identidad, falta de sentido de pertenencia, prostitución, hacinamiento, marginación, entre otros…

Cuando el 17 de septiembre de ese mismo año 2017, el Jefe del Departamento de Seguridad Publica de Hermosillo Jorge Andrés Suilo Orozco, manifestó su informe sobre la Capital de Sonora expreso que: “la ciudad sufre un severo acoso de la delincuencia y que de acuerdo con el Departamento son más de 80 colonias, en el norte, en el sur, en el poniente y oriente -es decir que aquí no se escapa nadie, de los cuatro puntos cardinales-

El 24 de Octubre del 2016 publicaba un artículo muy duro en mi página personal: www.tomasherrera.com que llamo mucho la atención sobre la nueva imagen que estaba ofreciendo el centro de la ciudad, capital de Sonora, a causa de personajes nuevos que desconcertaban, ciudadanos que, indiferentes y mudos, comenzaban a ser un nuevo paisaje a transitar en un vacío de prevención que daba paso a la invasión de, dicho por muchos, “zombis”. Y… entonces, nacio el lamento: “¿que hemos hecho para merecer esto?” y la respuesta fue: “nada” no hemos hecho nada. A L A R M A, L O S Z O M B I S Y A E S T A N E N T R E N O S O T R O S https://tomasherrera.com/vernotaarticulos.php?artid=2351&cat=5

Ya el corazón de la capital -ahí por donde pasa la novia, o la suegra ve- empezó a ser tomada no por el asalto, robo, violación o asesinato, sino por ese ciudadano periférico que al llegar a la edad “del deterioro” inutiliza las frecuencias de sus inclinaciones y entra en un periodo de letargo cerebral que lo acompañara para el resto de sus días permitiendole campear, dormir, mear, cagar, ir desnudo… por el centro visual de la ciudad como si de una cosa, zarandeada por el viento, se tratase.

La delincuencia que proviene de las periferias, no tiene solución. Ingenuamente los mesías modernos, la quieren solucionar con charlas (pláticas, las llaman en Sonora)… frase que está a la orden del día entre los eruditos: “les faltan pláticas, necesitan pláticas, hay que darles pláticas sobre esto o aquello…”. No quieren convencerse de que no tiene solución porque no se sabe dar solución. No quieren convencerse de que no tiene solución porque no se puede dar solución. No quieren convencerse de que no tiene solución porque no hay dinero para que las cosas se solucionen.

Es su hora. Llego su hora. La hora del castigo. Nuestro castigo. La hora de pagar por no saber prevenir en el tiempo, realidad y espacio, lo que se avecina. Es la “generación del terror” que sale de sus ghettos, que comienza a invadir la vida ajena de una ciudad que también a ellos les pertenece. Es el “A Clockwork Orange“ la Naranja Mecánica de los años 70 del director por Stanley Kubrick. Basada en la novela de Anthony Burgess escrita en 1962… que nunca encontró sepultura y vago, vago por las ultimas décadas hasta posicionarse, como venganza mayor, en nuestra generación actual, aunque nos pese. Vean la película. Es bueno estremecerse. Entenderemos mucho, demasiado, de porque se vive lo que se está viviendo: la calle en agonía

Ya el cinco de septiembre del 2017 sugería en otro artículo algunas probabilidades para ir mermando la continuidad de los niños desangelados, incubadora de futuros zombis. La solución no la tengo yo. Ningún individuo u organización en solitario la tiene. Basta ya de redentores, de mesías religiosos o políticos. Son un fraude. Es mentira. Ellos saben que el barniz no mata la termita. Sabemos, todos lo sabemos, también ellos lo saben y yo lo sé, que atajar un problema social de dimensiones sociales tan descomunales, solo, desde la sociedad eslabonada, se puede subsanar. Solo desde el cumulo de organismos unidos “todos a una” atacando al mismo tiempo, evaluando al mismo tiempo, cosechando al mismo tiempo” por eso sugería, entre otras cosas, cimentar también una nueva generación acogida y feliz. A D O P T A A. https://tomasherrera.com/vernotaarticulos.php?artid=2391&cat=5 es algo que va más allá de las conferencias, pláticas, discursos políticos o religiosos; es una pequeña parte de posibilidades de “agarrar el toro por los cuernos” como hacen los portugueses, y terminar con esa furia arrolladora que nos va a rebasar a todos.

Si no queremos terminar siendo la mitad de la ciudad asesina de la otra mitad, es necesario entrar en el “pánico del miedo” no un miedo de pánico que nos acobarda, sino un pánico culto, que nos lleve a descubrir inteligentemente lo que estamos haciendo y terminemos por sentir un miedo horrible si seguimos adelante. Y así lo comentaba en un discutido articulo del 14 de septiembre del 2016, que ya había sido publicado con anterioridad: COMO SE MATA A UN HIJO https://tomasherrera.com/vernotaarticulos.php?artid=2343&cat=5 cuando matamos a un hijo asesinamos también a la ciudadanía porque la muerte afectiva de un hijo es el nacimiento de un delincuente, un asesino, un futuro zombi.

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